Siempre me han gustado los deportes, pero no fue hasta 2013 cuando me inicié en el duatlón. Empecé entrenando por mi cuenta con cierta regularidad. La cosa funcionó durante unos meses, pero pronto me aburrí y me estanqué : entrenaba solo y siguiendo mis propias pautas. Aunque había oído hablar del triatlón, el agua me daba mucho respeto y nunca me atreví a nadar con regularidad.

Deportivamente mi vida cambió cuando me apunté al Club Triatlón Isbilya Slooppy Joe´s. Todos los handicaps desaparecieron. Lo de entrenar solo paso a ser entrenar muy acompañado. Lo de entrenar con mis pautas pasó a ser entrenar siguiendo una rutina eficaz. Lo de estancar mi rendimiento pasó a ser mejorar mes a mes, semana a semana. ¿ Y qué decir del hándicap del agua? Antes la odiaba, y ahora disfruto nadando igual que corriendo o montando en bici.

Aparte de la mejora deportiva, lo que más me gusta del club es el buen rollo que tenemos. Somos como una gran familia. Da igual el nivel deportivo, la relación entre nosotros es estupenda seas muy bueno en triatlón o menos bueno, seas joven o mayor, estés iniciándote o seas un experto. Prueba de ello es que aparte de vernos en los entrenamientos, algunos quedamos en otros momentos y hacemos otras actividades. Además de compañeros de entrenos, muchos somos amigos. Entrenar es ahora el momento de desconexión del día, ese que deseas que llegué después de las obligaciones que todos tenemos.

Por eso a todo el que me pregunta sobre un club de triatlón le hablo del Isbilya. Para mí el mejor.

Miguel Graciani Herrero.